La bodega más antigua de Navarra tiene 2.000 años

Dejábamos entusiasmados las tierras de La Rioja, tras la fantástica experiencia que supuso la visita a la ciudad celtibérica y romana de Contrebia Leucade en Aguilar del Río Alhama.

Nos adentramos en la Zona Media de Navarra, un territorio que hemos recorrido en varias ocasiones y que nos parece una auténtica joya en materia de turismo cultural, por supuesto, sin restarle valor a otras zonas.

Siempre hemos tenido muy buenas sensaciones al recorrer este territorio navarro y el norte de Aragón que ofrecen destinos visitables de turismo arqueológico muy recomendables. En este post y en el siguiente, os dejamos apuntadas algunas ideas con el ánimo de despertar la curiosidad del viajero para que las explore y descubra otras opciones tan interesantes como las seleccionadas por ArqueoTrip.

Destino: Villa Romana de las Musas en Arellano

La Villa Romana de las Musas en Arellano es un fantástico yacimiento arqueológico visitable, ubicado en la Zona Media de Navarra. Ha sido excavado con medios científicos, documentado e interpretado. Permite al viajero conocer una explotación rural romana especializada en la producción y almacenamiento de vino de hace unos dos mil años.

Villa Romana de Arellano – Destino Recomendado por ArqueoTrip

El espacio rural en época romana

Tal y como aconsejaban en los tratados romanos de agricultura, la casa estaba ubicada en el centro de la explotación y en un pequeño alto para poder controlar fácilmente todos los cultivos. Gran parte de esta explotación agrícola romana estuvo dedicada a la elaboración de vino y así se ha constatado por las investigaciones arqueológicas y restos recuperados.

Vista de la cella vinaria o bodega de la Villa Romana de las Musas en Arellano – Fotografía ArqueoTrip ©

Reconstrucción de la Villa Romana de las Musas en Arellano – Fotografía ArqueoTrip ©

Durante más de doscientos años la Villa Romana de las Musas se dedicó sin interrupción a la actividad agrícola pero hacia finales del siglo III d.C., bien por un accidente o bien por un ataque violento, la villa sufrió un gran incendio que la destruyó casi por completo.

Plano de la villa de la Villa Romana de las Musas en Arellano y fases de ocupación – Fotografía ArqueoTrip ©

Treinta años después, durante el siglo IV d.C., volvió a ser ocupada y la explotación agrícola se puso en marcha nuevamente. En esta etapa destaca la monumentalización y la construcción de nuevos espacios, con lujosas habitaciones, sala de estudio, etc., en los que se aprecia una importante orientación religiosa hacia el culto de Cibeles y Attis.

Sala de estudio o musaeum – Fotografía ArqueoTrip ©

Reconstrucción de la estudio o musaeum – Fotografía ArqueoTrip ©

A principios del siglo V fue ocupada por visigodos iniciándose un periodo posterior de abandono y ruina.

Un centro especializado en la producción y almacenamiento de vino

Se ha identificado una cámara de humo o fumarium, una estancia en la que se envejecía el vino artificialmente a través del calor y el humo. Igualmente la explotación disponía de una sala de cocción o cortinale, una estancia destinada a cocer, salar y perfumar el mosto. Se han identificado la sala de prensado o torcularium. La villa dispuso de dos plataformas-cubetas para el pisado y prensado mecánico de la uva. Se ha conservado completo un lagar con una capacidad de unos 4.000 litros.

Vista de la cella vinaria y otros espacios para la producción de vino – Fotografía ArqueoTrip ©

Pero quizá el elemento más destacable sea la bodega o cella vinaria, una estancia rectangular de grandes dimensiones donde se almacenaba el vino. Se utilizaban vasijas con una capacidad media de entre 700 a 800 litros. Se han recuperado unas 60 vasijas, lo que supone una capacidad de almacenamiento de 45.000 a 50.000 litros. Esta dependencia se ubicaba en un nivel inferior y en ella podemos identificar los pilares que servían de forja al piso superior.

Larario, espacio de culto familiar – Fotografía ArqueoTrip ©

Adosado al muro oriental de la bodega se encontró un larario, un pequeño altar de piedra. Los lares son los protectores de la casa y de la familia. La villa de Arellano presenta la singularidad de que un espacio de almacenamiento para el vino se comparta con un uso de carácter religioso.

Reconstrucción del Larario – Fotografía ArqueoTrip ©

El culto a Cibeles y Attis

Durante la segunda fase de ocupación de la villa los propietarios se preocuparon de monumentalizar los espacios de habitación y el uso generalizado de mosaicos figurados y geométricos.

En todo el programa decorativo se identifican alusiones al mito de Cibeles y Attis.

Además destaca un gran edificio porticado de planta rectangular que se articulaba alrededor de un patio en cuyo centro se localizó una estructura de sillares de gran tamaño en forma de U, en cuyos extremos aparecieron dos piedras grabadas con cabezas de toro, lo que indicaba que nos encontramos nuevamente ante un lugar de culto a Cibeles. Este espacio se vincula con el rito del taurobolio, qué consiste entre otras cosas, en el sacrificio ritual de un toro para conseguir un bautismo de sangre. Se trata de una práctica de origen oriental importada a Roma por los primeros adoradores de la diosa Cibeles llamada también Magna Mater.

Con esta información que os hemos adelantado en este post viajero, os recomendamos sin dudarlo, que visitéis la Villa Romana de las Musas en Arellano, un lugar excepcional, muy cómodo de visitar y que dejará al viajero curioso muy buenas sensaciones por todos los detalles que allí va a conocer y descubrir.

(*) Información recopilada del folleto de información “Villa Romana de Las Musas” publicado por el Gobierno de Navarra y de los paneles explicativos.