Recientemente un grupo de amigos nos proponía que organizáramos una jornada de visita cultural próxima a Madrid. Nos reunimos 15 personas entre adultos y niños y, por motivos de organización, finalmente elegimos concentrar la actividad en la tarde de un sábado, tras la comida, eligiendo como destino el Parque Arqueológico de Recópolis en Zorita de los Canes (Guadalajara).
El desplazamiento desde Madrid permite recorrer una parte de la Alcarria, una comarca natural que ocupa gran parte de la provincia de Guadalajara y parte de la provincia de Cuenca y Madrid. Su paisaje, caracterizado por páramos cortados por fértiles valles, llamará la atención del viajero. Es una experiencia visual que nos acompaña en todo momento y que es un elemento diferencial más a tener en cuenta en la jornada cultural.
Pastrana, parada y fonda
Hicimos una parada para comer en Pastrana, a escasos 12 km de Zorita de los Canes. Pastrana es conocida como la capital de la comarca de La Alcarria y fue una ciudad especialmente importante en los siglos XVI y XVII. Está declarada Conjunto Histórico-Artístico y destacan la Colegiata y el Palacio Ducal, donde residió la Princesa de Éboli, entre otros edificios y espacios singulares que hacen muy recomendable su paseo y disfrute.
Zorita de los Canes, un paraje de belleza singular
Un paraje natural impresionante es, sin duda, lo primero que llama la atención cuando llegas a Zorita de los Canes. Tal y como se recoge en la página web de Recópolis se trata de “un espacio natural perfectamente preservado a orillas del Tajo. Visitar el Parque Arqueológico de Recópolis supone un paseo único por nuestra historia más desconocida. Desde la visita a la imponente ciudad de Recópolis, excepcional fundación de época visigoda, al evocador recorrido por la cercana Medina de Zorita y su castillo musulmán y cristiano, cuyo aspecto actual lo pone la todopoderosa Orden de Calatrava”.
Parque Arqueológico de Recópolis
Nada más llegar a Zorita de los Canes nos dirigimos al centro de recepción en el que tienes a tu disposición toda la información necesaria y opciones diversas para realizar la visita. En nuestro caso, habíamos pedido previamente por correo electrónico al equipo de parque que nos hiciera visitas guiadas tanto al castillo como a la ciudad visigoda. El centro dispone de un espacio expositivo con paneles explicativos, reproducciones y juegos. Nos propusieron un primer encuentro con la historia de Recópolis y Zorita mediante la proyección de un vídeo que recomendamos, ya que permite contextualizar muy bien las visitas posteriores.
La medina de Zorita y su Castillo
Zorita fue fundada como ciudad andalusí en la primera mitad del s. IX con materiales constructivos obtenidos de Recópolis y se convirtió, bajo el Califato Cordobés, en capital administrativa de una de las provincias de Al-Andalus.
La alcazaba ocupaba todo el cerro y la medina se rodeó de una muralla que aún hoy conserva. Fuera de ella estuvieron los arrabales y un puente que atravesaba el Tajo. Los cristianos conquistaron Zorita a finales del S. XI y, aunque su castillo fue ocupado por distintos señores, finalmente la Orden de Calatrava se instaló en él y reorganizó toda la zona bajo su Encomienda. La parte norte del cerro la ocupó una amplia judería y una importante población mozárabe se instaló en la villa.
La visita al Castillo de Zorita superó con creces nuestras expectativas. Hasta que no estás en su interior no percibes todo lo que se conserva y el espacio total que ocupa. De su fundación musulmana podemos ver la base de sus muros y torres en casi todo el perímetro del cerro y un espectacular arco de herradura tras su puerta principal.
El aspecto actual responde, sobre todo, a las reformas de los siglos XII al XIV de la Orden de Calatrava: su magnífica iglesia románica y estancias subterráneas del interior, la puerta principal con su arco apuntado, las barbacanas este y oeste, pasadizos, cisternas…
En el XVI se añade el espolón sur, ideado para la artillería. Son excepcionales en este castillo la temprana aplicación de innovaciones técnicas de defensa y la existencia de una inscripción de fundación sobre la puerta de la torre albarrana oriental.
Las vistas espectaculares desde las zonas más altas de la fortaleza son una experiencia que se suma a la visita como un gran colofón, todo ello, además, como paso previo a la visita de la ciudad visigoda.
Ciudad Visigoda de Recópolis, una joya histórica en un paraje único
“El Rey Leovigildo (…) inspirándose en el nombre de su hijo, fundó en Celtiberia una ciudad que se llama Recópolis: a la cual dota de admirables edificios tanto dentro de las murallas como en los arrabales…” Juan de Bíclaro, “Chronica” s. VI
Acompañados de una guía del centro, que además ha excavado durante bastantes años el área arqueológica de Recópolis, iniciamos una interesante visita al yacimiento, recorriendo los principales espacios recuperados, consolidados y estudiados por los diferentes proyectos de investigación.
La ciudad responde a una planificación urbanística muy cuidada. Con aproximadamente 33 hectáreas, está rodeada de una gran muralla con torres cuadrangulares y varias puertas de entrada. En el interior se ha excavado la parte más elevada, una calle comercial que asciende entre edificios hacia un singular conjunto monumental administrativo y religioso: el Palacio y la Iglesia Palatina.
El palacio lo conforman un conjunto de edificios dispuestos alrededor de un espacio central, seguramente dedicados a la administración y al gobierno de la ciudad y su territorio, y como alojamiento de los altos dignatarios. Construidos en dos plantas, la superior más noble y decorada, forman uno de los conjuntos palatinos más grandes conocidos hasta el momento. Se accedía a ellos por un arco monumental.
Dentro del conjunto palatino se encuentra la iglesia, fundada en el rito arriano y transformada al católico tras la conversión del Rey Recaredo. De tres naves y planta de cruz latina, en ella se encontraron algunas de las piezas visigodas más conocidas: el tesorillo de 90 monedas de oro (tremises) y el cancel decorado. Sus restos están hoy transformados por las posteriores ocupaciones de la iglesia románica de la aldea mozárabe y una ermita del s XV.
A ambos lados de la amplia calle que asciende hacia el conjunto palatino, se encuentran dos edificios perfectamente planificados con el mismo esquema varias veces repetido de tienda y taller o almacén. Se ha identificado un taller de vidrio, con su horno circular, y otro de orfebrería. Es posible que este modelo de espacio público se inspirase en las grandes ciudades orientales del momento. Más tarde estas tiendas se reutilizarían como viviendas.
En la misma calle comercial es posible ver un edificio cuya función pudo ser la de vivienda, con habitaciones de diferentes usos alrededor de un patio y soportales de postes en la entrada. Un pequeño aljibe da servicio en esta zona. No muy lejos, otros grupos de casas se disponen alrededor de pequeños patios o plazuelas.
Para finalizar la visita, ¡una sorpresa!
Al finalizar las visitas guiadas tuvimos la oportunidad de saludar a Victoria Peña, la directora del Parque Arqueológico de Recópolis que nos atendió, como el resto del personal, de forma muy profesional, asegurándose de que el grupo estuviera satisfecho con la calidad de los servicios respecto a las instalaciones y a la atención recibida durante las visitas. Tenemos que decir que la valoración en ambos casos ha sido muy buena.
Pero nos esperaba una sorpresa más. El parque Arqueológico es un espacio de investigación en el que están en marcha diversos proyectos, entre ellos una excavación arqueológica en la zona de necrópolis del Castillo.
Victoria nos invitó a conocer personalmente a un “calatravo”, un antiguo habitante de la fortaleza y, como no puede ser de otra forma, accedimos encantados a este interesante encuentro.
Victoria nos mostró varios restos recuperados en la necrópolis y, sobre todo y lo más interesante, nos explicó aspectos de la vida cotidiana, pautas de alimentación, enfermedades, ritos funerarios y otros aspectos visibles o deducibles según las investigaciones en curso. Quedamos fascinados con sus explicaciones.
Fue una forma muy instructiva de finalizar la visita y agradecemos esta oportunidad de un contacto tan directo con la historia, la arqueología y la cultura de los territorio alcarreños.
Queremos agradecer al Equipo del Parque Arqueológico de Recópolis la experiencia de la visita y, en especial, a Victoria Peña, su directora.
Igualmente queremos mencionar la autoría de algunas de las fotografía reproducidas en esta crónica, que son obra del fotógrafo Enric Sanjaume y permiten hacerse una idea del entorno natural y cultural del que el viajero podrá disfrutar en su encuentro con Zorita de los Canes y su patrimonio.¡Volveremos!
Emilio Sanz / Pilar Sánchez (ArqueoTrip © – 2016 #TurismoCultural #EscapadaCultural)